miércoles, 24 de noviembre de 2010

Martin Cooper, padre de la telefonía celular en la UACM

El ingeniero electrónico de 82 años, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica 2009, trajo a la ciudad de México el primer teléfono móvil que se utilizó en el mundo. Es un ladrillo de un kilogramo y tiene una batería que dura apenas 20 minutos. Nadie lo aguantaba, pero funcionó y fue un éxito, relató. Foto María Meléndrez Parada


Angeles Cruz Martínez
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de noviembre de 2010, p. 47

En 1973 Martin Cooper realizó la primera llamada por teléfono celular. Buscaba que las personas pudieran comunicarse en cualquier lugar y hoy él mismo se admira de que 5.5 mil millones de personas posean uno de esos aparatos.

“No sólo eso, dice, seguramente muy pronto también será de utilidad para prevenir enfermedades como la diabetes o las afecciones cardiacas. La tecnología ya existe. Sólo falta que disminuya su costo a fin de que sea accesible para todos.

Es muy probable que esta herramienta y sus aplicaciones, como el Internet y las redes sociales también sirvan en un fu-turo para la toma de decisiones e incluso, para que por esa vía se realicen los procesos electora-les. El único obstáculo es cultural, en particular de aquellos que se resisten a la eliminación del papel. Esa es mi propuesta, aunque tal vez tarde unas dos generaciones en concretarse, admitió.

El científico, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2009 es- tuvo ayer en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) como parte de las actividades de la Semana de la Ciencia e Innovación que or- ganiza el Gobierno del Distrito Federal.

Martin Cooper dictó una conferencia magistral y trajo el que fue el primer teléfono móvil, un ladrillo de un kilogramo y una batería que duraba apenas 20 minutos. Nadie lo aguantaba, pero funcionó y fue un éxito, refirió.

Recordó que el nacimiento del celular se dio primero, por el interés de demostrarle a la telefónica ATT, competencia de Motorola donde Cooper laboraba, que era posible comunicar a las personas sin necesidad de estar en sus casas o en sus automóviles, como ofreció ATT con uno de sus productos.

“Nosotros teníamos la certeza de que podíamos tener algo mejor, que no sería necesario estar atado por un cable a una pared ni a un coche”. Así se gestó esta revolución tecnológica que modificó el comportamiento y costumbres de las personas y ha contribuido a mejorar las condiciones de vida de muchas más.

Sistemas de salud fallidos

Lo que sigue, indicó el ingeniero electrónico de 82 años, es llevar la tecnología que ya existe a otras áreas como la medicina. Los sistemas de salud son fallidos. Se invierte mucho dinero para curar enfermedades, cuando el énfasis debería estar en la prevención. Se refirió entonces a los infartos al miocardio, causantes de hospitalizaciones, atención médica de alto costo y de muerte. Comentó que con las herramientas disponibles es posible monitorear el comportamiento del organismo para advertir sobre el riesgo de que el individuo sufra un ataque al corazón.

También ya se cuenta con dispositivos que pueden servir para reducir los índices de sobrepeso y obesidad que afectan gravemente a Estados Unidos y México. Los citados aparatos miden el nivel de ingesta y gasto de calorías y funcionan, incluso, en el momento en que la persona está comiendo.

Ante estudiantes de la UACM, Cooper comentó que los técnicos ya trabajan en el diseño de un dispositivo que mida el nivel de azúcar y los resultados se transfieran vía celular al médico o donde se quiera. Mencionó que el Instituto Carlos Slim es uno de los sitios donde se están creando estos equipos. Tendrá la ventaja de que estará hecho para los mexicanos y la población de América Latina, apuntó.

Más tarde, en la sesión de preguntas y respuestas, Cooper se refirió al alto costo que todavía tiene la telefonía celular en sitios como México; aunque también resaltó que a escala mundial los precios han bajado hasta en cuatro veces en los ocho años recientes. Esta es una tendencia que seguirá en el futuro, aunque eso no significa que será gratis, sino que habrá más servicios y aplicaciones.

Reconoció que a México no trajo su celular porque el servicio es demasiado caro.

Luego advirtió –con cautela para no ofender a Carlos Slim– que una de las causas del alto precio es la falta de competencia y refirió la situación de varias ciudades estadunidenses donde hasta seis empresas se disputan el mercado.

Buscan diferenciarse entre ellas por sus tarifas y los servicios que ofrecen, indicó.