Desde la antigüedad más remota del hombre ha existido en él, el deseo de volar. Qué hombre no ha soñado que agita sus brazos, se eleva y comienza a volar. Pues hoy, gracias a la inventiva, el valor, la determinación de un hombre, y a la tecnología existente, por supuesto, sabemos que el hombre es y será capaz de volar. Cualquiera podrá, en un futuro no muy lejano, hacerse de unas alas… y volar. No sólo es el adiós a los autos, a los congestionamientos y a todo tipo de autotransportación terrestre, pues volar es la forma absoluta de la libertad para moverse de un lado a otro. Volar, volar, lo que se dice volar… ya no es un sueño.
viernes, 16 de mayo de 2008
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